Mandato familiar
En algunos casos nuestra experiencia se rige por mandatos familiares o sociales y es necesario cortar con los mismos para poder llevar una vida plena y de esa manera experimentar la felicidad sin la necesidad de cumplir con esos "mandatos" o planes pre establecidos que muchas veces tienen más que ver con otros que conmigo mismo (sin dejar de lado que todo es experiencia).
Un mandato es algo más que la obligación implícita de ir a comer todos los domingos con nuestros padres. Hablamos ante todo de esos esquemas de pensamiento que erigen, ladrillo a ladrillo, gran parte de nuestro castillo emocional. Es parte de esa psicogenealogía que muchas veces actúa como auténtica vetadora del impulso vital del crecimiento.
Hay palabras o frases como "no debo fallar", "debo ser el fuerte", "es mi obligación cuidar a mis padres", "no puedo ser el débil", etc, etc., que podrían reflejar un mandato preestablecido.
En estudios científicos se ha mostrado que hay componentes en nuestro adn que muestran situaciones de estrés plasmadas de nuestros ancestros y que de alguna manera nosotros podríamos tomar como deudas o mandatos a saldar. También desde el Hospital Monte Sinaí se habla este mismo aspecto: del peso de la herencia epigenética y su influencia en los genes de los hijos.
No es algo fácil romper con mandatos familiares. En algún momento Albert Einstein dijo: "es más fácil desintegrar un átomo que un preconcepto" y eso es lo que son los mandatos: preconceptos.
Debemos entender que los mandatos familiares son como contratos que NO HEMOS FIRMADO y está bien cumplirlos si nos enriquecen en nuestra experiencia, pero no si simplemente nos condicionan.
Puedes comenzar trabajando en esto haciéndote consciente de las situaciones en tu vida. Revisa si alguna de estas frases te hace sentido:
- La familia es lo primero, siempre.
- Debo ser el más fuerte.
- Nunca debo fallar.
- Esa clase de hombre no te conviene.
- Mi rol en esta familia es...
- En la pareja son el fuerte o débil.
- Las mujeres debemos callar.
- Los hombres de la familia somos los fuertes.
- Debo ser el proveedor de abundancia económica.
- No podré hacerlo pues nadie en mi familia lo ha logrado...
- Debo hacerlo pues todos en mi clan lo han logrado...
- Etc.
Comienza a trabajar sobre estas IDEAS, guíate con las frases que hemos dejado antes y revisa tu vida. Si sientes que mandatos sociales o familiares están frenando tu libre avanzar y experimentar, medita y trabaja en ello.
Fuente: Adriana Urse Alaníz - Jorge Pino Molina